La crioperservación de esperma y embriones se han convertido en procedimientos rutinarios en la práctica de la reproducción humana asistida. De igual manera la criopreservación de ovocitos está generalizándose en la práctica clínica habitual.

La criopreservación de embriones ha permitido disminuir la transferencia de embriones en fresco, maximizando la eficacia de los ciclos de FIV. Los datos muestran que las mujeres que tenían transferencias de embriones frescos y congelados obtuvieron un 8% de nacimientos adicionales empleando los embriones criopreservados.

La criopreservación de ovocito presenta ventajas adicionales a la de embriones, como la preservación de la fertilidad de mujeres en riesgo de perderla en relación a tratamientos oncológicos o enfermedad crónica, donación de ovocitos, capacidad para postponer el embarazo manteniendo gametos más jóvenes, eliminando además implicaciones éticas, legales y religiosas ligadas a la congelación de embriones. Como en los casos anteriores el aprendizaje se ha estado realizando con material de desecho o micro bolas de latex, el problema es que no se observa el resultado final para conocer que la técnica se ha aplicado bien, la supervivencia.

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